AIMPLAS participa en diversos proyectos europeos basados en la fabricación circular y energías renovables

El Centro Tecnológico AIMPLAS (Instituto Tecnológico del Plástico) está participando y/o coordinando una serie de proyectos euroepos que tienen por objetivo la fabricación circular, el uso de fuentes de energía renovables o la reducción de la huella de carbono en procesos de fabricación, entre otros.

En este sentido, destaca BenoNAT qué pretende impulsar la creación de cadenas de valor para el aprovechamiento de árboles y arbustos cultivados en tierras marginales como fuente de biomasa para las industrias de base biológica. Del mismo modo, el proyecto Threading-CO2 tiene como principal objetivo reducir de manera significativa la huella de carbono de la industria textil. Por otro lado, el proyecto ELLIPSE valoriza residuos de mataderos (en concreto, rumen) y lodos y pasta de papel para la producción de polímeros biodegradables. Y otro de los proyecto europeos que coordina el Centro Tecnológico AIMPLAS es Forest, que tiene como objetivo la obtención de materiales avanzados ligeros de origen natural o reciclados para ayudar a descarbonizar el sector del transporte.

Biomasa cultivada para producir bioplásticos

En sus dos primeros años en curso, el proyecto europeo BeonNAT ha conseguido resultados prometedores que demuestran el potencial de la biomasa cultivada para producir bioplásticos para cosmética bioactiva, biochar, carbón activo o lechos de mascotas con aceites esenciales. 

AIMPLAS participa en este proyecto, coordinado por el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), para impulsar la creación de cadenas de valor para el aprovechamiento de árboles y arbustos cultivados en tierras marginales como fuente de biomasa para las industrias de base biológica.

En la primera etapa del proyecto el consorcio, formado por 16 socios, ha evaluado la idoneidad y aplicabilidad industrial de diferentes especies, entre las que se encuentran el olmo siberiano, enebro común, jara mediterránea, romero, abedul, retama común, acacia negra, mora, carpe común o álamo negro. Estas especies fueron cultivadas en seis localizaciones en Alemania, España y Rumanía. En concreto, en España se plantaron en Velefique (Almería) y Lubia (Soria), esta última gestionada por el CIEMAT y considerada una zona bajo gestión forestal sostenible. 

El Comité de Selección escogió seis de las especies más prometedoras con el objetivo de evaluar su capacidad para utilizarlas en la fabricación de los productos finales. Así, en cuanto a la producción de bioplásticos para cosmética bioactiva, el álamo negro cultivado en Zamostea (Rumanía) y la acacia negra, en Moara (Rumanía), han arrojado resultados prometedores para la producción de ácido láctico.

En la siguiente fase del proyecto, se realizará un segundo ensayo de producción a partir de productos de base biológica. Además, los socios industriales del consorcio evaluarán estas materias primas extraídas de las especies seleccionadas para el proceso de escalado.

CO2 como materia prima para fabricar poliéster

Por otro lado, el Centro Tecnológico AIMPLAS participa en un proyecto europeo que llevará a mercado productos textiles fabricados de poliéster de calidad a partir de la valorización de flujos industriales de CO2 residual. Threading-CO2 tiene como objetivo escalar y demostrar una tecnología pionera de producción de artículos textiles fabricados con PET sostenible, de calidad y económicamente viables a escala industrial, a partir de corrientes de desecho de CO2 industrial. El principal objetivo del proyecto es reducir de manera significativa la huella de carbono de la industria textil, gracias a la fabricación circular y al uso de fuentes de energía renovables.

El papel de AIMPLAS en el proyecto será la preparación de catalizadores que se emplearán en las reacciones que tienen lugar en el proceso de síntesis y su posterior escalado. Además, AIMPLAS también colaborará en la puesta a punto de una planta piloto preindustrial en la que se realizarán los experimentos en continuo, en un reactor a gran escala de la planta piloto. AIMPLAS buscará concebir un proceso de fabricación circular mediante la puesta a punto de un proceso optimizado que incluya el reciclado y reutilización de catalizadores, disolventes y aditivos empleados en dicho proceso. AIMPLAS y FAIRBRICS optimizarán la metodología de preparación con respecto al uso de procedimientos industriales. 

Trece socios procedentes de siete países participan en el proyecto. Estos son: Fairbrics, University of Antwerp, TECNALIA, LUT University, CiaoTech, Deutsche Institute fur Textil- und Faserforschung denkendorf, City of Lappeenranta, Digiotouch, Faurecia, Naldeo, SurePure, Les Tissages de Charlieu, y AIMPLAS.

El consorcio Threading-CO2 ha reunido los conocimientos y la experiencia necesarios para desarrollar una tecnología puntera capaz de utilizar CO2 como materia prima para producir poliéster sostenible. El consorcio se ha creado para disponer de todos los expertos necesarios (captura de CO2, electrólisis, hidrogenación, catalizadores), instalaciones experimentales (capacidad para albergar varios ensayos y medidas de distintos tipos y complejidad e instalaciones en entorno controlado para alcanzar la escala industrial) y redes de colaboración que permitan conectar con grupos de interés interesados. Threading-CO2 se desarrolla codo con codo con líderes de la industria textil para garantizar la calidad del producto en la fase final de la cadena de valor.

Residuos de matadero para la producción de polímeros biodegradables

AIMPLAS también coordina un proyecto europeo que valorizará residuos de mataderos (en concreto, rumen) y lodos y pasta de papel para la producción de polímeros biodegradables como los polihidroxialcanoatos (PHA) para su aplicación en agricultura y cuidado personal mediante el coprocesado con otros residuos orgánicos como lodos procedentes de la industria láctea y glicerol procedente de la industria del biodiésel. En el proyecto también se realizará una valorización de los nutrientes (nitrógeno y fósforo) presentes en estos residuos para la producción de fertilizantes de origen natural. 

El proyecto ELLIPSE abordará la valorización de dos flujos heterogéneos de residuos generados en grandes cantidades en Europa, en concreto, residuos de mataderos y lodos y pasta de papel para su aplicación en agricultura y cuidado personal. Su integración como materia prima de biorrefinería ayudará a reducir el volumen de residuos en vertedero, dando nuevas oportunidades para la producción de fertilizantes y bioplásticos a la vez que se generan ingresos adicionales para las empresas que los generan, con ventajas añadidas como el reciclado de agua, la disminución de la degradación del suelo, la contaminación de las aguas subterráneas y las emisiones de metano. 

Las materias primas seleccionadas en ELLIPSE son de carácter local y renovables, lo que se traducirá en envases para el cuidado personal y productos agrícolas de origen renovable en casi su totalidad

El proyecto ELLIPSE lidiará con al menos 100 toneladas de residuos procedentes de mataderos y 20 toneladas de lodos de aguas residuales procedentes de la pulpa y de la industria del papel. La tecnología de ELLIPSE valorizará 20 000 toneladas de rumen y 50 000 toneladas de lodos de papel al año, lo que tendrá un impacto en la bioeconomía europea.

El consorcio de ELLIPSE está formado por trece socios, todos ellos agentes relevantes en el sector de los productos de origen natural, desde productores y gestores de residuos (Green Generation y Heinzelpaper), pasando por Centros Tecnológicos (AIMPLAS, Università di Verona, CARTIF, Bioenergy and Sustainable Technologies – BEST), agentes industriales, tanto pymes, como grandes empresas.

Biocomposites para reducir el peso de los vehículos

Por último, el Centro Tecnológico AIMPLAS coordina, también, el proyecto FOREST que tiene como objetivo la obtención de materiales avanzados ligeros de origen natural o reciclados para ayudar a descarbonizar el sector del transporte.

El proyecto FOREST terminará en mayo de 2026 y está alineado con los retos climáticos y energéticos de la Unión Europea para 2030. FOREST reducirá el peso estructural de los vehículos mediante el uso de componentes ligeros hechos de plástico reforzado con fibra de carbono. De esta manera, se empleará menos combustible y el consumo de energía será más bajo para recorrer las mismas distancias. Esto se conseguirá gracias al desarrollo de nuevos biocomposites multifuncionales y ligeros como alternativa a los composites convencionales. 

FOREST también se centrará en métodos eficientes para recuperar el 100% de los residuos de fibra de carbono para desarrollar materiales semiacabados de gran calidad para su aplicación en el sector del transporte. Por último, el consorcio investigará la influencia de las propiedades multifuncionales en los biocompuestos. Así pues, el proyecto combinará materiales de origen natural, reciclados y multifuncionales para la obtención de soluciones para el sector de los autobuses, la aeronáutica y la automoción. 

Este proyecto apuesta por soluciones eficaces de circularidad aplicadas a biocompuestos multifuncionales con más de un 50% de contenido en materiales sostenibles.

FOREST está financiado por el programa de investigación e innovación de la Unión Europea Horizonte Europa e incluye socios de países como España, Francia, Alemania, Turquía, Italia, Polonia, República Checa e Inglaterra, que colaboran juntos hacia la descarbonización de la movilidad.

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