INESCOP, AIJU y AITEX inauguran la primera planta de reciclaje para los sectores del calzado, textil y juguete

Los Centros Tecnológicos INESCOP (Centro Tecnológico del Calzado), AITEX (Centro Tecnológico del Textil) y AIJU (Centro Tecnológico del Juguete) han desarrollado un ‘Demostrador de Industria Circular’, que -principalmente- es una planta piloto cuyo objetivo es la recuperación de residuos y su transformación en materias primas que sirvan para fabricar productos con bajo impacto ambiental. 

Así, la iniciativa -primera en España y Europa de estas características- ha sido posible gracias a la ayuda de una ayuda del Ivace de 741.000 euros y cofinanciación europea (FEDER).

En este sentido, el ‘Demostrador de Industria Circular’ es capaz de reciclar los productos multicomposición (aquellos que emplean, de media, unos 40 materiales diferentes) que terminan en vertederos o incinerados. De hecho, se estima que, al año, en la Comunitat Valenciana, solo el 5 % de los residuos de calzado, textil y juguete, son reciclados.

A nivel nacional, la estimación es que, alrededor de 3 millones de toneladas de residuos de calzado, textil y juguete, acaban en vertederos. Estos residuos proceden, en su mayoría, de excedentes de fabricación y posconsumo, una vez que han llegado al fin de su vida útil.

A estos datos habría que añadir que las tendencias auguran que el consumo de calzado, textil y juguete se multiplicará para el año 2050, necesitando la capacidad de tres planetas Tierra para poder servir a nuestras necesidades.

El proyecto llevado a cabo por los tres INESCOP, AITEX y AIJU -adscritos a REDIT– recibió el día de la inauguración la visita del conseller de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, Rafa Climent,  junto a la directora general del IVACE, Júlia Company.

Para el conseller de Economía Sostenible  “la economía circular no se entiende sin el desarrollo de nuevas tecnologías, de la investigación y la innovación y este desmostrador engloba cada unas de estos aspectos, lo que nos permitirá crear una industria interconectada, resiliente, sostenible e inclusiva reduciendo así la dependencia de mercados externos”.

Así, Climent destacó el trabajo en equipo de los tres centros tecnológicos “en beneficio no sólo de sus sectores sino del resto del tejido industrial y de la sociedad en genera” al tiempo que ha insistido en la voluntad de su conselleria de trabajar por cambiar el modelo productivo “para llegar a 2030 en las mejores condiciones”. 

La complejidad del reciclado del calzado, textil y juguete

En la actualidad, la valorización y el reciclado del calzado, textil y juguete son extremadamente complejos por ser productos multicomposición. Aunque la industria ha realizado grandes desarrollos en el reaprovechamiento de materiales monocomposición, era necesario dar solución a los residuos multicomposición, sobre todo en las fases de separación y clasificación. 

De hecho, gracias al ‘Demostrador de Industria Circular’, ahora es posible separar y clasificar los residuos del calzado, textil y juguete, de forma que puedan ser transformados en materias primas de bajo impacto ambiental, creando así un modelo de negocio de economía circular con aplicaciones diversas intra e intersectorialmente.

Ley de residuos, escasez de materias primas y concienciación social

La nueva Ley de Residuos establece, para antes del año 2025, la obligatoriedad de recogida de residuos del sector textil y calzado. Además, se deberá reducir el peso de los residuos producidos en un 13 % para 2025 y en un 15 % para 2030.

Por otro lado, con la revalorización de estos residuos estaríamos minimizando la problemática de la escasez de materias primas y la dependencia de recursos externos a la Unión Europea. 

Así, además de concienciar a las empresas y sociedad de que la producción y consumo actual no son sostenibles; hasta la fecha, el modelo de producción dominante es el de extraer materias primas, producir productos, usarlos y tirarlos. 

Con el uso de esta tecnología, las empresas conseguirán reducir sus residuos, reutilizar sus excedentes, tanto para su propia fabricación, como para convertirlos en materias primas que puedan emplearse en otros sectores como el del mueble o automoción y , mejorar su huella de carbono, convirtiéndose así en una empresa circular. 

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