Cuando llevamos cerca de dos meses de este 2021, son muchas las lecciones aprendidas del año de la pandemia. Una de ellas, la importancia de la sostenibilidad en todos los sectores. La industria alimentaria no se escapa a esta, ya no tendencia sino necesidad.
Lo cuenta Héctor Barbarin, director general del Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria, CNTA: “Creo que la sociedad tenderá a asimilar la concepción de que somos más frágiles de lo que pensamos, y que nuestras acciones en el planeta afectan no solo al medio ambiente sino también a nuestra forma de vida y a nuestra subsistencia económica. Esa idea de sostenibilidad desde un punto de vista integral va a existir”.
De la granja a la mesa es buen ejemplo de ello. Se trata de una estrategia impulsada por la Comisión Europea. Su objetivo es conseguir que la sostenibilidad sea el eje de la regularización y las políticas económicas en lo que a la alimentación se refiere de cara a los próximos años
La proteína vegetal
En este sentido se sitúa la consolidación de la proteína vegetal como tendencia alimentaria, asociada a la búsqueda de fuentes alternativas de proteína en aras de la sostenibilidad. Lo demuestran empresas como El Pozo o Lidl, que han lanzado productos alternativos a la carne a base de proteína vegetal. Si bien es cierto que aún hay mucho campo para la investigación, como aclara Sandra González, investigadora de I+D de CNTA: “Aunque se vayan dando pasos, sigue siendo difícil replicar las características de la carne y sus denominadores sensoriales en productos plant-based sin tener que recurrir a una larga lista de ingredientes añadidos”.
Desde el CNTA se cree que la otra gran apuesta para este 2021 va a ser el upcycling, es decir, la valorización de subproductos, alineada con el fomento de la economía circular. La tendencia va a permitir reintroducir deshechos o residuos como nuevos productos de valor añadido en otras industrias como la cosmética, la química y la farmacéutica. Pero también va a propiciar que aumenten las iniciativas enfocadas a cerrar el círculo con nuevos ingredientes en la industria alimentaria.
Cambio de mentalidad del consumidor
En cualquier caso, el éxito pasa por un cambio de mentalidad a corto plazo del consumidor. En ese sentido, nuestro idioma juega en nuestra contra: “Aparentemente es una barrera que depende mucho de la cultura de cada país, pero también hay un aspecto que, de momento, supone una barrera: la comunicación. En inglés es muy fácil decir upcycling pero, ¿en español? Parece difícil que en términos de comunicación y publicidad suene sexy decir ‘valorización de subproductos’ o ‘productos hechos a base de residuos’, ya que te exige como mínimo explicar muchas cosas”, reflexiona la directora de Marketing e Innovación de CNTA. La realidad es que no podemos dejar que esa falta de comunicación o definición eche a perder lo mucho que queda por hacer en materia de sostenibilidad en la industria alimentaria.
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