“El político prioriza a dónde va el dinero y es verdad que mientras otros países elevan o mantienen la inversión en I+D pese a la crisis, España está en niveles de 2006 o 2007”
Diario La Opinión A Coruña.- 29/3/2015
El director general del Instituto Tecnológico de Galicia (ITG), con sede en A Coruña, Carlos Calvo, acaba de ser elegido presidente de la Federación Española de Centros Tecnológicos (Fedit) con 44 votos a favor, ninguno en contra y uno en blanco. “De este último vamos a pensar que se equivocó”, bromea Calvo, que califica de “crítico” el papel de los centros tecnológicos en el desarrollo de la economía y del país. Esta agrupación está formada por 34 entidades, con unos ingresos anuales de 250 millones, que emplean a 3.500 personas y prestan servicios a 13.000 empresas.
-¿Qué supone para usted y para el ITG que le hayan elegido para presidir la Fedit?
-Personalmente una satisfacción. Recibí muchos apoyos y cariño por toda España y estoy contentísimo por el resultado de la asamblea general, que fue casi a la búlgara: 44 votos a favor, ninguno en contra y uno en blanco, que vamos a pensar que se equivocó. Es satisfacción pero también responsabilidad y trabajo, porque con este mandato fuerte la exigencia tiene que ser altísima. En mi candidatura estaban directores de los centros tecnológicos más importantes del país.
-¿Qué funciones tiene ahora?
-La representación y defensa de los centros tecnológicos en todo el territorio nacional. Los logros de la federación revierten en los centros gallegos, pero mi representación es nacional. Aunque mi galleguidad no la dejo en Pedrafita [ríe].
-El sector tecnológico es bastante desconocido, mucha gente no sabe qué son los centros tecnológicos. ¿Cómo los definiría? ¿Qué importancia tienen para la sociedad y la economía?
-Un centro tecnológico es la organización de la que se ha dotado la sociedad más eficiente para trasladar o convertir conocimiento en valor de mercado. Desde que se genera un conocimiento hasta que llega al mercado y puedes comprar un producto con esa tecnología hay una cadena de procesos complejos, arduos y difíciles. En la investigación aplicada al mercado los centros tecnológicos son protagonistas. Al pasar ese conocimiento a un producto tenemos un papel crítico.
-Y clave para las empresas.
-Sí, transferimos ese conocimiento a la empresa para que sea más competitiva. Se trata del verdadero desarrollo de nuestra sociedad, de nuestras pymes…; bueno, grandes, medianas y pequeñas. Que nuestro tejido empresarial sea más competitivo redunda en el desarrollo económico y social y en el bienestar general. Si lo trasladas a la visión global, somos críticos para el desarrollo del país.
-Entiendo que el suyo es el paso previo a la llegada de los productos al mercado.
-Exactamente. Hablando de generar competitividad, somos un eslabón fundamental para el país.
-Al ser elegido dijo que hay que convencer a la sociedad de la necesidad de apostar por el sector tecnológico para el desarrollo del país. ¿A quién hay que convencer? ¿A administraciones, empresas, a la sociedad…?
-El discurso lo tiene todo el mundo en la cabeza: hay que invertir en innovación, educación, sanidad, pero es verdad que después los presupuestos de I+D están muy por debajo de nuestra posición en el mundo desarrollado. Hay un esfuerzo que hacer y se deben aplicar políticas con recursos suficientes para que sean efectivas. El empresario sabe que tiene que innovar pero a lo mejor tiene dificultades por desconocimiento. Quien está vivo hoy es quien invierte en productos e innovación de forma sistemática.
-Entonces, ¿anima a las empresas a que se acerquen a los centros tecnológicos?
-Sí, a las que, por desconocimiento o dejadez, no trabajan con ellos. Los centros ejercen de unidad de I+D para pymes que no pueden tener estos medios por sí mismas.
-Al acceder al cargo también aseveró que quien obvie la capacidad de tracción de los centros tecnológicos cometerá un error. ¿No es lo que han hecho las administraciones española y gallega con los recortes de los últimos años en I+D?
-Estamos en un escenario complejo. La manta tiene su límite y a ver de dónde sacas. Hay que comprenderlo. Pero las políticas públicas vinculadas a I+D+i, en particular a los centros nacionales, tienen luces y sombras. Las sombras vienen determinadas por factores exógenos. Cada vez es más difícil aplicar políticas diseñadas en Bruselas porque parten de una visión macro y cuando llegas a una comunidad como Galicia o a España se hace difícil articularlas.
-Los ajustes tampoco ayudan.
-Venimos de un periodo de restricción presupuestaria y hay necesidades básicas. No lo justifico. La responsabilidad del político es priorizar a dónde va el dinero, pero es verdad que mientras otros países han mantenido o elevado la inversión en I+D pese a la crisis, España está en niveles de 2006 o 2007.
-¿Habríamos superado antes la crisis con más inversión en investigación y desarrollo?
-Tanto no me atrevería. No sé si habríamos salido o no, porque la crisis tiene un importante componente financiero, pero ayudaría. Si al sistema nacional de I+D+i le metes un corte durante un periodo de tiempo, no se levanta con un alza del presupuesto al año siguiente. Las líneas de investigación de años lleva tiempo reconstruirlas. Sin centros tecnológicos buena parte de las políticas públicas de I+D colapsarían.
-¿Por qué?
-Porque cuando sale una ayuda para empresas, los centros se mueven en su entorno de compañías para enfocar su participación. En 2013 los centros tuvieron 13.000 empresas como clientes, que reciben los beneficios directos de las administraciones, de distintos programas públicos de ayuda. Sin la figura de los centros probablemente estas empresas no se moverían. Somos dinamizadores, agitadores.
-Decía antes que la clave de la crisis ha sido la financiación. ¿Cómo ha afectado la falta de liquidez a los centros?
-Las líneas de investigación a largo plazo precisan de mucha financiación y son las que más se han resentido. Si te orientas totalmente al mercado, al corto plazo, casi derivas en una empresa y si te orientas a la investigación al largo plazo pierdes la sensibilidad del mercado y de lo que necesita. Nuestra función es estar en medio.
-Antes de la crisis, la construcción tiraba de la economía. ¿Puede el sector tecnológico hacer el papel de tractor?
-Sí, podría, pero es un sector que tiene que ser transversal y alimentar a todos los sectores. Es tecnología aplicada a cada sector que permita ganar competitividad. Está integrado en todos los demás.
-¿Qué lugar ocupa Galicia en Europa y el mundo en la materia?
-Con datos oficiales, el objetivo 2020 de Europa es que el 3% del PIB se destine a I+D. En el 3% están países europeos como Alemania o Finlandia, y España, en el 1,24%. Galicia no llega al 1%.
-¿Quién o qué tiene la culpa?
-Son varios factores: el cultural, económicos de dotación presupuestaria, del ecosistema, geográficos… No hay una única causa.
-¿Y es alcanzable ese objetivo para el 2020?
-Hay mucho que trabajar. Para eso está la política, para desarrollar programas de I+D, que den más peso a la participación privada en investigación que a la pública. Hay que trabajar intensamente, pero teniendo en cuenta quiénes somos, en qué situación estamos y cuál es nuestro punto de partida.