AIDO colabora en la implantación de nuevas técnicas ópticas para mejorar la calidad de vida de pacientes con baja visión

– La baja visión es un problema sanitario que afecta a más personas de las que sufren ceguera. En España más de dos millones de personas padecen baja visión, y sólo el 5% de estas están atendidas correctamente. La cifra llega a los 20 millones en la Unión Europea y en el mundo son más de 45 millones, según datos de la Organización Mundial de la Salud. – Mediante esta iniciativa AIDO pretende fomentar la implantación de técnicas ópticas innovadoras entre las pequeñas y medianas empresas de la Comunidad Valenciana

El Instituto Tecnológico AIDO está coordinando el proyecto Asesoramiento para la implantación de nuevas técnicas óptico-sanitarias en centros de Baja Visión, cuyo principal objetivo es prestar asistencia tecnológica para la implantación de técnicas ópticas innovadoras para los pacientes con baja visión que acudan a las ópticas de la Comunidad Valenciana. Se le denomina “baja visión” a una reducción importante de la vista, en  la que difícilmente se consiguen mejoras mediante la adaptación de sistemas ópticos convencionales, como gafas o lentes de contacto.
Esta discapacidad visual afecta principalmente a la población de edad más avanzada, aunque también la pueden padecer personas de todas las edades y grupos sociales, ya que en ocasiones su origen se debe a malformaciones congénitas o accidentes. En estos casos, es necesario el uso de técnicas específicas que permitan tanto la determinación cuantitativa de la anomalía visual como su compensación y rehabilitación, facilitando así a los afectados la mayor calidad de vida posible.
 
Sin embargo, no es habitual la aplicación de estas técnicas innovadoras en el sector óptico debido, fundamentalmente, tanto al desconocimiento de su fundamento físico, como a las posibilidades y ventajas que pueden ofrecer. Precisamente, una de las claves del proyecto es prestar asistencia tecnológica personalizada en cada una de las empresas participantes relacionadas con las técnicas ópticas destinadas a la baja visión y fomentar así la innovación a la hora de atender a este tipo de pacientes, aportándoles soluciones que mejoren sus necesidades y obteniendo una mejora sustancial en cuanto a su posición en el mercado.
La baja visión es un problema sanitario que afecta a más personas de las que sufren ceguera. En España más de dos millones de personas padecen baja visión, y sólo el 5 % de estas están atendidas correctamente. La cifra llega a los 20 millones en la Unión Europea y en el mundo son más de 45 millones, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
Esta iniciativa cuenta con el apoyo del Instituto de la Mediana y Pequeña Industria de la Generalitat Valenciana (IMPIVA), dentro de las ayudas del II Plan de Competitividad de la Empresa Valenciana (PCEV) 2011, con una subvención cofinanciada por la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

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