Cambia de aires, ven al Encuentro

Por: Diego Lafuente

Hagamos una cuenta simple: el año tiene 52 semanas, dotadas cada una de ellas de un sábado y de un domingo, es decir, 104 días libres sólo de fines de semana. Disponemos además de 22 días de vacaciones y de 14 días de fiestas patronales y de guardar, que varían su posición en el calendario de región a región, pero nunca su cantidad. Y luego tenemos las huelgas generales, las 3 ó 4 mudanzas que hacemos anualmente, las nevadas en pleno agosto que cortan la M-30, el Día Internacional del Impresentable y por supuesto las muchas ocasiones en las que el perro se come los deberes y no podemos ir a trabajar. Pero como mínimo tenemos 140 días de vacaciones cada año, casi 5 meses, es decir, bastante más que un controlador aéreo (esto mejor no decirlo muy alto, no vaya a ser que me oigan en Fomento y me den un papel de protagonista en su próximo decreto-ley).

Alguna vez me he preguntado por qué no podemos acumular todos esos días libres dispersos y disfrutar anualmente de casi 5 meses seguidos de vacaciones, lo cual nos permitiría hacer el París-Dakar en ese monopatín solar de tres ruedas que siempre quisimos diseñar, hacer la ampliación definitiva del metro de Madrid con la única ayuda de una cucharilla de café, escribir nuestras memorias en hebreo antiguo o acabar ese libro de Milan Kundera que tenemos atragantado desde 1984. La razón es muy sencilla: necesitamos respirar. El ser humano que vive fuera de Alemania no es una máquina, y cuando pasa demasiado tiempo encerrado en un mismo sitio haciendo una misma cosa se atora y necesita sacar la cabeza, tomar un poco de aire, relacionarse y hacer algo distinto antes de poder volver a ser eficiente en sus tareas diarias.

Lilly (www.lilly.com) es un gigante farmacéutico de origen estadounidense con aproximadamente 40.000 empleados y presencia en más de 50 países. Entre sus productos se puede destacar uno llamado Cialis, competencia de Viagra, y razón por la que mantengo una relación muy estrecha vía spam con un montón de farmacéuticos canadienses que se preocupan diariamente por mi salud sexual. Allá por el año 2001, Lilly se dio cuenta de que muchos de los problemas con los que se encontraban algunos de sus investigadores, los tenían ya resueltos (o sabían cómo resolverlos) otros de sus propios investigadores. Lo malo era que como unos y otros no se conocían, los problemas no se resolvían, los trabajos se duplicaban y la eficiencia disminuía. Dado que 40.000 empleados son demasiados como para reunirlos en un hotel, Lilly decidió construir una plataforma software que permitiese a aquellos empleados con problemas, publicarlos, y aquéllos con soluciones, resolverlos. Esa plataforma tuvo tanto éxito que acabó convirtiéndose en Innocentive (www.innocentive.com) un “marketplace tecnológico” que resuelve retos de empresas de todo el mundo, y que en la actualidad mueve millones de dólares.

Estas dos historias aparentemente inconexas cobran sentido cuando hablamos de las razones por las que celebramos anualmente nuestro Encuentro (www.enfedit.com): porque queremos crear un entorno distinto al cotidiano en el que podáis cambiar de aires, conocer gente, intercambiar inquietudes con investigadores de toda España y ver la investigación y la tecnología desde una nueva perspectiva. Y también porque somos un grupo más manejable que la plantilla de Lilly, y sabemos que muchos de los problemas y retos que encontráis en vuestro trabajo diario pueden ser resueltos por otro Centro Tecnológico que, en el Encuentro, sólo estará a unos metros de vosotros.

Por eso desde aquí os quiero animar a que os vengáis a Sevilla los días 26, 27 y 28 de Mayo y participéis con nosotros en este V Encuentro. No os arrepentiréis.

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