Por: Salvador Bresó
Presidente de Fedit
El pasado 12 de marzo tuvo lugar una reunión con representantes de veintisiete organizaciones empresariales en La Moncloa presidida por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la que se presentó el plan de pagos a proveedores de entidades locales recientemente aprobado en Consejo de Ministros.
La invitación desde el Ejecutivo recibida por la Federación Española de Centros Tecnológicos para participar en este acto, además de reflejar la importancia que este Gobierno confiere a los Centros Tecnológicos, ha supuesto un claro reconocimiento del importante papel que los Centros FEDIT juegan en la competitividad económica, así como del entorno que les es más cercano y en el que se sienten más cómodos, el de la empresa y más concretamente el de la industria.
Desde FEDIT hemos aplaudido el esfuerzo del Gobierno para inyectar liquidez a las administraciones autonómicas y locales destinada a afrontar el pago a sus proveedores y la corresponsabilidad exigida a las mismas confiando en que agilizar el pago de proveedores comerciales (con facturas emitidas) libere fondos de las administraciones autonómicas y locales con los que hacer frente a la deuda contraída con los Centros FEDIT, que se estima en casi 160 millones de euros. Se da la circunstancia de que los Centros no son el perfil de acreedores a los que se destinará la liquidez inyectada en el plan de pagos presentado, ya que las facturas no son el medio que los Centros emplean para certificar los trabajos realizados (financiados mediante subvenciones) y poder reclamar su pago, sino memorias técnicas y económicas que se someten a las correspondientes auditorias dando lugar finalmente a un certificado que acredita el cumplimiento de los fines para los que recibió la ayuda.
Los Centros FEDIT, 50 Centros Tecnológicos que constituyen uno de los motores principales de la I+D aplicada de nuestro país, se encuentran en una situación crítica como consecuencia de las deudas contraídas por las administraciones públicas autonómicas y locales, que se estiman en casi 160 millones de euros y que se deben al impago de trabajos de I+D realizados y debidamente justificados durante los últimos años. A pesar de que la actividad de los Centros FEDIT está financiada mayoritariamente por empresas, su financiación también depende en gran medida de las administraciones públicas. Es esta financiación la que les permite invertir en la exploración de nuevas tecnologías de elevado riesgo a partir de lo cual pueden ofrecer a las empresas españolas ventajas competitivas y mejoras productivas mediante contratos específicos de I+D+I. De hecho, la financiación pública autonómica y local ha supuesto durante los últimos años un presupuesto superior al 25% de su actividad anual.
Los excelentes resultados de los Centros FEDIT durante los últimos años (han crecido tanto sus empresas cliente como los contratos de I+D+I que éstas les han demandado) les ha permitido sobrevivir mientras veían incrementarse las deudas de las administraciones autonómicas y locales pero esta situación está llegando a un límite viéndose muchos obligados a reducir su plantilla de personal altamente cualificado a pesar de tener viabilidad económica incluso en entornos de reducción presupuestaria en materia de I+D+I como los que se anuncian.
Para la Federación, entre las reformas que se están abordando desde el Gobierno central debe incluirse la reforma de las Políticas de I+D+I españolas, que han de estar abanderadas por una reorientación de los recursos hacia aquellos que hayan demostrado eficacia, eficiencia y rentabilidad, y en el escenario de la I+D+I española es necesario centrar las inversiones públicas en Organismos de Investigación en aquellas destinadas a la investigación aplicada y el desarrollo tecnológico orientándolas hacia la transferencia del conocimiento a la empresa y que pueda dar lugar a la mejora de sus resultados económicos por ganancias en su competitividad.
En estos momentos en que se habla de la necesidad de medidas que reduzcan el despilfarro y las duplicidades, conviene recordar lo que ya hace más de cuatro años puso de manifiesto la OCDE en su informe económico sobre España: “… Promoting technology centres, which rely on demand by end users, is a useful way of encouraging a culture of innovation while simultaneously limiting the risks of wastage” (OECD 2007: “Economic Surveys Spain – Assessment and Recommendations”).
Aún no es tarde, trabajemos en la línea de la rentabilidad y aprovechemos el potencial de conocimiento aplicado que tenemos en nuestro país orientado a la mejora de resultados y a la competitividad.