Por: José Mª Guijarro y Jorge
Doctor en Economía y Subdirector del Instituto Tecnológico de Óptica, Color e Imagen (AIDO)
Perdonen la obviedad: “Crear es crecer. Necesitamos crecer. Innovamos para crecer”. Entonces, ¿por qué tantísimos impedimentos al crecimiento de nuestra economía a través de la innovación?Todos sabemos que la innovación es el resultado de la tensión entre el presente y el futuro. Un futuro marcado en esta disciplina por un fuerte sentimiento de la soledad que está provocando la fuga de cerebros más grande de toda nuestra historia.
Esta misma semana, Federico Mayor Zaragoza, ex director general de la UNESCO decía “no podemos depender sólo de las decisiones económicas de un país, no podemos seguir eternamente corrigiendo el pasado. Junto a los recortes, habría que diseñar un plan de futuro que incentive la I+D+I porque son las bases que nos ayudarán a salir de la crisis”.
Al día siguiente, la Comisaria Europea de Investigación e Innovación, Máire Geoghegan, ha requerido al Gobierno de España para que siga invirtiendo en educación y en I+D+I, a pesar de los recortes presupuestarios.
Me resulta muy curioso que este comunicado se lo estén haciendo a un gobierno que ha prescindido de la Ciencia e Innovación como cartera ministerial y que ha recortado 600 millones de una primera tacada en estas materias. Un Ministerio, que abarcará esta legislatura las competencias de I+D+I en España y que lo primero que ha hecho ha sido recuperar las subvenciones a la compra de vivienda y mantener el IVA súper reducido. Esto, traducido a euros suponen la friolera de 6.000 millones que representan el total de los Presupuestos Generales de I+D+I del Estado. Está claro que una vez más la modernización de nuestro país va a pasar por apoyar al ladrillo. ¿Es que no escarmentamos?
Llevamos tres años de recortes en I+D+I, en total un 30% entre 2010 y 2012 tras 16 años de apuesta continuada. 5.369 empresas han dejado de innovar el último año según el INE, principalmente por el recorte de las subvenciones y por la falta de crédito. Las empresas españolas que dedican “algo” a la I+D representan el 50% de las homónimas alemanas. Con este panorama difícilmente llegaremos a una convergencia.
Mientras tanto, los que nos dedicamos a esto, sufrimos la inestabilidad ocasionada por la falta de objetivos y estrategia de los vaivenes políticos y de los ciclos de la economía. Éstos últimos nos llevan a una asfixia financiera ocasionada por las deudas que principalmente las Comunidades Autónomas acumulan por el impago de compromisos previamente establecidos. Esto no solo afecta a los Centros Tecnológicos, sino a Europa, que es de donde parten la inmensa mayoría de estos fondos que se han gastado en otras preferencias y que ahora tendrán que justificar. Todo esto está ocasionando EREs en las plantillas de los centros, que provocan una fuerte desmotivación y un subyugamiento de la tesorería desde hace más de dos años. Como ejemplo, en la Comunidad Valenciana, a fecha de hoy, se les debe a la Red de Institutos Tecnológicos más de 55 millones de euros consignados desde 2010.
Hay que hacer más economía con ciencia, en vez de economizar con la ciencia. Necesitamos un modelo de financiación para maximizar la eficacia. Los centros y las empresas no podemos “tirar solos del carro de la I+D+I”, es una carga demasiado pesada. A veces me imagino que todo esto que está sucediendo es sólo una broma y estamos siendo víctimas de una INNOVATADA de la que pronto nos despertaremos y todo volverá a ser como antes.