El Centro Tecnológico TECNALIA ha llevado a cabo un estudio para definir una hoja de ruta que permita a las comunidades energéticas convertirse en referentes en descarbonización. De hecho, una de las conclusiones del estudio es que los individuos pueden ser impulsores de la transición energética cuando toman medidas colectivas y se unen para crear su propia comunidad energética. En esta línea, trabaja con Ur Beroa, una cooperativa energética formada por 550 familias del barrio de Bera-Bera de Donostia-San Sebastián (Gipuzkoa).
Según el análisis realizado, para crear una comunidad energética son necesarias las siguientes condiciones: un conjunto de valores que motive a las personas a tomar medidas colectivas hacia comportamientos más sostenibles, conocimiento sobre el sistema energético, recursos que permitan a la ciudadanía invertir y poner en marcha iniciativas energéticas colectivas, y un marco político e instrumentos adecuados para apoyar a los diferentes actores, especialmente a las personas, en su camino hacia una ciudadanía energética más activa.
Para que la comunidad energética de Ur Beroa pueda avanzar en su proceso de transición energética, de la mano de TECNALIA, se han fijado los siguientes objetivos: aumentar del número de socios a través de la expansión geográfica del sistema de district heating; llevar a cabo proyectos relacionados con el vehículo eléctrico y el autoconsumo colectivo con sistema fotovoltaico, con la instalación de postes de carga o explorar la posibilidad de un proyecto piloto de hidrógeno; y reducir la demanda energética individual, con el diseño de una solución técnica de eficiencia energética para cada tipo de vivienda, explorar la opción de compra centralizada de electricidad o la gestión de mejoras del aislamiento de las viviendas.
Catálogo para la ciudadanía energética
Esta iniciativa se enmarca dentro del proyecto europeo GRETA (Green Energy Transition Actions), apoyado por el programa Horizon 2020 y en el que participa TECNALIA, y su objetivo es aumentar la concienciación y favorecer la implicación de la ciudadanía en la transición energética para potenciar estas comunidades y el surgimiento de la ciudadanía energética.
Y para lograrlo, dentro del proyecto han lanzado un catálogo de acciones, en los ámbitos de la movilidad sostenible, la energía limpia y asequible, la economía circular y el consumo y los hábitos alimentarios sostenibles. Para reducir el consumo de energía, recomiendan un aislamiento efectivo de los hogares, apostar por proveedores de energía con recursos renovables, y contar en el hogar con equipos que controlen y reduzcan el consumo de energía.
En el ámbito de la movilidad, proponen tener en cuenta la huella de carbono del transporte al planificar las vacaciones y otros viajes a larga distancia, así como apostar por el vehículo eléctrico y vehículos de bajo consumo de combustible.
En cuanto al consumo, aconsejan reducir el desperdicio y separar regularmente los residuos para reciclarlos; consumir alimentos locales y de temporada, así como comida orgánica; o tener en cuenta la huella de carbono de la compra de alimentos.
La mitad de la población europea ya es ciudadano energético
Dentro de la iniciativa, han realizado un encuesta a 10.000 participantes en 16 países de la Unión Europea, que revela que el 58% de la ciudadanía ya se encuentra entre lo que los investigadores del proyecto denominan ciudadanos energéticos de nivel “activo” o “defensor”. Es decir, ya están participando en la transición energética: realizando actividades sencillas de ahorro energético en su vida cotidiana, invirtiendo en tecnologías energéticas verdes o abogando activamente por soluciones energéticas más ecológicas. No obstante, el estudio revela notables disparidades entre países y destacadas barreras que limitan la ejecución de acciones energéticas de mayor impacto.
Asimismo, según la encuesta, más del 60% de la ciudadanía de la Unión Europea está de acuerdo en que la transición energética es una tarea conjunta en la que todos los miembros de la sociedad deben contribuir. Sin embargo, aún no todos tienen las mismas oportunidades de participar.
En el caso de España, los resultados de la encuesta indican que la mayoría de los encuestados ya participan activamente en la transición energética y que toman medidas para conservar energía, y casi la mitad de ellos explica que la eficiencia y la conservación de la energía son importantes para ellos, no sólo por razones económicas.