El Centro Tecnológico AINIA -integrado en la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (REDIT)- ha anunciado la firma de una convenio de colaboración con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación; su participación en un proyecto donde ha desarrollado dos prototipos de aplicaciones destinadas a la detección temprana de riesgos potenciales que afecten a los productos alimenticios y la búsqueda de una alternativa real para el fin de la vida de los plásticos.
START-BEC: Bioeconomía y startups
El Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación (MAPA) ha firmado un convenio de colaboración con el centro tecnológico AINIA, a través del cual se desarrollarán diversas actividades en materia de bioeconomía durante los años 2023 y 2024. Cuenta con un presupuesto de 300.000 €, del cual el Ministerio aportará 250.000 €.
El objetivo del convenio es desarrollar el programa START-BEC de acompañamiento tecnológico a startups de base tecnológica del ámbito de la bioeconomía que permita impulsar cadenas de valor innovadoras vinculadas al sector agroalimentario, contribuyendo a dinamizar el ecosistema de innovación y generar nuevas oportunidades de negocio para empresas emergentes en este ámbito.
A través del programa START-BEC, el Centro Tecnológico AINIA identificará retos y oportunidades de innovación tecnológica en el ámbito de la bioeconomía, buscará emprendedores y startups que les den respuesta y dará apoyo a estos emprendedores a través de un programa de acompañamiento para que puedan optimizar sus soluciones tecnológicas. AINIA también ofrecerá a las startups seleccionadas asesoramiento legal, estudios, formación especializada y promoción ante clientes, financiadores y otros actores de interés.
Además, en el marco de este convenio AINIA desarrollará una plataforma que servirá de punto de encuentro entre empresas y startups de bioeconomía, elaborará informes de vigilancia de oportunidades de financiación para startups y de I+D+I y organizará diversos eventos de difusión y encuentros colaborativos como impulso al emprendimiento.
GLOBALSAFEFOOD: Detección temprana de riesgos
Por otro lado, el Centro Tecnológicos AINIA, a través de su programa GLOBALSAFEFOOD, ha desarrollado un datalake capaz de fusionar información interna de las empresas, como analíticas de laboratorio o sensores de control de proceso, con información externa, como alertas y eventos de seguridad alimentaria.
Este “lago de datos”, logrado gracias a la utilización de tecnologías innovadoras como “Pipelines and Data Flows” para la ingesta de datos o Neo4j para representar y explotar la información mediante grafos, supone unos cimientos sólidos para el desarrollo de futuros servicios de seguridad alimentaria que permitan a las empresas anticiparse a potenciales riesgos que puedan afectar a sus productos, ayudándoles a rentabilizar los datos que hasta el momento han ido almacenando.
Entre los resultados obtenidos en este proyecto, apoyado por el IVACE y los fondos FEDER, se ha desarrollado dos prototipos de aplicaciones destinadas a la detección temprana de riesgos potenciales para distintos productos, así como para la valoración de su vulnerabilidad ante intentos de fraude alimentario.
Según AINIA, estas aplicaciones pueden ayudar a las empresas de alimentación en dos sentidos: orientar los controles de seguridad alimentaria sobre sus productos en función de los eventos detectados en sus mercados destino, y orientar la selección y control de sus materias primas en función de eventos detectados en los orígenes de estas.
REVALORIZA: Nuevos polímeros reciclados
Del mismo modo, AINIA está estudiando el empleo de tecnologías de reciclaje químico aplicadas a diferentes plásticos biodegradables con el objetivo de obtener, de forma sostenible, compuestos de valor añadido. La investigación surge como alternativa de gestión y valorización de productos al final de su vida útil.
El proyecto, denominado REVALORIZA, ha obtenido con éxito las unidades elementales que componen los polímeros (monómeros) a escala de laboratorio a partir de diferentes envases compuestos por bioplásticos. “Mediante procesos de reciclado químico, transformamos un residuo en un compuesto de alto valor añadido con aplicaciones directas para una amplia cartera de industrias, manteniendo la cadena de valor en materiales normalmente complejos de producir”. De estos resultados iniciales, y a partir de estas unidades elementales, “estamos empleando esta materia prima para obtener nuevos polímeros reciclados, totalmente funcionales, con aplicaciones en envases y recubrimientos, introduciendo algoritmos y tecnología computacional que nos dirija y apoye en el diseño”, señala Andrés Sala del Departamento de Tecnologías de Envase de AINIA.
Para ello, se están empleando procesos químicos sostenibles, tanto en la etapa de descomposición y procesado de los plásticos, como en el desarrollo posterior de polímeros reciclados. Estos procesos emplean exclusivamente disolventes benignos como el agua o bioalcoholes, junto con catalizadores reutilizables y no tóxicos que aceleran los procesos. Durante el proyecto, se ha llevado a cabo el estudio de varios de estos catalizadores de nueva generación con el objetivo de reducir el consumo energético y el costo del proceso global de reciclaje químico de polímeros.
El proyecto surge como respuesta a la creciente preocupación sobre el impacto ambiental derivado de la producción y uso de materiales plásticos, la Unión Europea (UE) reconoce la necesidad de abordar la obtención de plásticos primarios con el objetivo de lograr una producción y consumo más sostenible.
Los plásticos biobasados y biodegradables se perfilan como materiales altamente prometedores para mitigar el impacto ambiental generado por la industria del packaging. Estos plásticos no provienen de fuentes fósiles, lo que reduce la dependencia de esta materia prima y, por ende, disminuye el impacto medioambiental derivado de su producción. Además, su utilización contribuye al avance de los objetivos de neutralidad de carbono establecidos por la Unión Europea para 2050.