Por V. Santiago, Responsable de Comunicación de Gradiant
Una tesis del investigador de la universidad de Vigo, Juan Ramón Troncoso, desarrolla un sistema que asegura la privacidad de los análisis de secuencias de ADN. Gracias a esta investigación, en estrecha colaboración con Gradiant (Centro Tecnolóxico de Telecomunicacións de Galicia) se solicitaron ocho patentes internacionales. La tesis proporciona un nivel de seguridad inalcanzable hasta el momento en escenarios como el procesado en la nube.
“No hay un gen que determine el espíritu de lucha y el destino humano”. Esta frase resume toda la esencia de la película Gattaca estrenada en 1997, dirigida por Andrew Niccol y protagonizada por Ethan Hawke, UmaThurman y un, hasta entonces desconocido, JudeLaw. Gattaca resume la lucha de Vincent (interpretado por Ethan Hawke)para demostrar que, aun no siendo genéticamente perfecto, puede ser tan bueno como los “válidos” (personas concebidas y corregidas genéticamente para eliminar todo error posible en la estructura de su ADN y ser así hombres y mujeres perfectos) y entrar a trabajar en Gattaca para cumplir su sueño: viajar al espacio.
Al protagonista de este filme, justo en el momento de su concepción, se le analiza una gota de su sangre y se le pronostican y determinan las características físicas y capacidades que tendrá en el futuro, siendo éstas una posible muerte prematura a la edad de 30 años debido a problemas cardíacos. Así vive toda su infancia y adolescencia, acorde con lo que su análisis de ADN había “predestinado”.
Sin embargo, un día, vence en una carrera a nado a su hermano-un “válido”-cuando teóricamente había nacido para perder, y se da cuenta de que puede lograr más cosas de las que le habían dicho. Consigue, mediante un espíritu de lucha sobrehumano, hacerse pasar por Eugene Morrow (un válido en silla de ruedas por un accidente de tráfico) que es quien le anima a conseguirlo. Un tándem perfecto de genética y espíritu de lucha y un perfecto reflejo del instinto de supervivencia y simbiosis humanas. Gattaca describe una sociedad a camino entre la nuestra propia y la de Un mundo feliz de Aldous Huxley, en la que impera un determinismo genético por el cual una persona sólo podrá ser lo que la ciencia haya decidido que sea.
Secuencia de ADN personalizada al alcance de todos
Dejando a un lado la ciencia ficción, desentrañar los secretos de las secuencias de ADN es uno de los retos en los que trabaja la industria genética. Durante más de una década, miles de investigadores de todo el mundo han invertido tres mil millones de dólares para completar el proyecto del genoma humano. Sin embargo, hace tan sólo unos meses la empresa norteamericana Life Technologies, con sede en California, anunció el lanzamiento de un nuevo secuenciador de ADN, el Ion Proton, capaz de descifrar un genoma humano entero en un día y por menos de 1.000 dólares. Detrás de este anuncio, se encuentra Jonathan M. Rothberg, un visionario que dedica sus esfuerzos en investigación biotecnológica a hacer llegar los secuenciadores de ADN a las masas.
y convertirlos en un producto de uso habitual en los hospitales y clínicas. Con este anuncio, el bajo coste se impone en la secuenciación genómica, ya que se sitúa al mismo precio que pruebas actuales de alta tecnología, como un estudio de resonancia magnética. Su invención podría abrir las puertas a su uso como una herramienta rutinaria de diagnóstico más en los hospitales.
El motivo por el cual una persona puede estar interesada en conocer su propio genoma es obvio. El ADN contiene muchos secretos sobre la vida y la muerte. Una persona conocedora de su propio genoma podría saber si tiene alguna predisposición a desarrollar enfermedades de corazón, de hígado o Alzheimer y ponerle remedio antes, adelantarse al propio diagnóstico. El avance presentado por Rothberg hace prever que la industria genómica se disparará y que los cambios se sucederán muy rápido al igual que ocurrió con los ordenadores o con los teléfonos móviles. ¿Quién podría pensar hace diez años que los móviles pasarían de ser un “zapatófono” a ser inteligentes y una herramienta clave para conectarnos con el resto del mundo? Y, del mismo modo que se llevan datos almacenados en un pen drive, el genoma personalizado también se podrá transportar en un sistema similar que podría revolucionar la investigación genética y la medicina en general.
En tan sólo dos décadas, el coste de ordenar el genoma humano ha caído de cien millones de dólares a mil. En un futuro próximo, todos podremos tener una copia digital de nuestro propio genoma y llevarlo en un dispositivo portátil, eso quiere decir que también, al igual que ocurre con el correo electrónico u otros tipo de archivos, nuestra secuencia genética podrá ser “atacada” y se podrán manipular nuestros datos o hacer un uso fraudulento de los mismos. Por ejemplo, en un hipotético caso, una empresa que tuviese los datos genéticos de un empleado con predisposición a sufrir un cáncer, una enfermedad de corazón o hepática, podría decidir no contratarlo por aumentar el riesgo de poca productividad o simplemente, usar los datos para crear una sociedad de válidos y no válidos (como la de la película Gattaca) o distribuidos por grupos o letras (como en “Un mundo feliz” de Huxley).
¿Cómo asegurar la privacidad de los datos?
Por este motivo, se han elaborado métodos criptográficos que permiten analizar información genética pero al mismo tiempo mantener el genoma privado. Así lo afirma un investigador de la Universidad de Vigo, Juan Troncoso Pastoriza, que acaba de presentar una tesis que desarrolla un sistema que asegura la privacidad de los análisis de secuencias de ADN. Las aplicaciones y el enfoque de esta tesis son mucho más amplios, pero uno de los campos de aplicación más delicados es la biomedicina y, más en concreto, el análisis seguro de secuencias de ADN en la búsqueda de enfermedades genéticas. Según explica Troncoso, “desde el punto de vista de la privacidad, el ADN es la señal más sensible que se puede extraer de un individuo, por lo que uno de los objetivos de la tesis es proporcionar una solución que garantice la privacidad en este escenario”.
Esta solución se basa en tecnologías de procesado cifrado que consiguen que las cadenas de ADN de los pacientes no se tengan que proporcionar “en claro al sistema de detección, posibilitando un análisis genético efectivo, eficiente y totalmente privado”.El trabajo llevado a cabo en esta tesis permite también asegurar la privacidad de resonancias magnéticas, electroencefalogramas o electrocardiogramas y, en el campo de la biometría, la privacidad de caras, de huellas dactilares o de iris.
No sabemos cómo será la sociedad del futuro pero es importante que sepamos anticiparnos y protegernos, sin dejar de soñar. Eugene Morrow, el válido de Gattaca, lo tenía todo menos deseo. Sin embargo, antes de morir, le dice a Vincent: “Yo obtuve lo mejor del trato. Sólo te presté mi cuerpo, pero tú me prestaste tus sueños”. Mientras, nosotros, hoy y ahora, sigamos soñando, sigamos investigando.