– El proyecto Geopolytile tiene como objetivo desarrollar nuevos métodos de fabricación de baldosas cerámicas con gran ahorro energético, utilizando para ello geopolímeros.
El Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) ha acogido la reunión de los miembros del proyecto Geopolytile, cuyo objetivo es el desarrollo de nuevos métodos de fabricación de baldosas cerámicas con bajo coste energético.
Según indican fuentes del ITC, en la actualidad los procesos de fabricación de baldosas cerámicas, fundamentalmente la cocción, representan entre el 15 y el 20% de los costes totales de la producción azulejera, gasto al que, además, hay que añadir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera y que, si bien no son contaminantes, son responsables del calentamiento global del planeta produciendo el efecto invernadero.
El proyecto Geopolytile propone, por lo tanto, el uso de geopolímeros en el proceso de producción de las baldosas cerámicas. Los geopolímeros son materiales cerámicos activados y tratados de modo que las baldosas cerámicas conformadas a base de la técnica de geopolimerización, no tuvieran que pasar por una etapa de cocción, sino que más bien fraguarían de modo parecido al cemento, teniendo propiedades similares de resistencia mecánica y química además de ser no inflamables, pudiéndose utilizar tanto en pavimentos de uso urbano como en construcción, concretamente en módulos prefabricados.
Los geopolímeros, además, admiten también el uso de cenizas volantes procedentes de centrales térmicas y otros residuos industriales.
El proyecto está liderado por la Seramik Ara_t_rma Merkezi (SAM) de Turquía y participa el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC-AICE) así como la German Ceramic Society (DKG). A su vez la Sociedad Alemana de Cerámica (DKG) está representada por dos centros de investigación, que son el RWTH Institut für Gesteinshüttenkunde (GHI) de Aachen y el Professur Bauchemie de la Bauhaus-Universität Weimar (BUW).
El proyecto Geopolytile, de dos años de duración, es un proyecto europeo CORNET, lo que significa que Europa destina los fondos a cada uno de los países participantes a través de un organismo oficial, en el caso del ITC, a través del Instituto de la Pequeña y Mediana Industria de la Generalitat Valenciana (IMPIVA).