AIMPLAS alcanza la neutralidad climática y avanza en los proyectos BIOENCAPSULACIÓ 2, PROMOFER y SOPHIA

AIMPLAS alcanza la neutralidad climática y avanza en los proyectos BIOENCAPSULACIÓ 2, PROMOFER y SOPHIA

El Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) obtiene el sello oficial “Calculo, Reduzco y Compenso” del Ministerio para la Transición Ecológica tras reducir un 74 % sus emisiones y compensar el 100 % de su huella de carbono.

Asimismo, AIMPLAS incorpora microorganismos en productos de plasticultura biodegradables para el control de plagas en el campo con la puesta en marcha del proyecto BIOENCAPSULACIÓ 2.

El Centro Tecnológico valenciano, también, coordina el proyecto PROMOFER, para transformar residuos agroalimentarios y lignocelulósicos en bioplásticos y poliuretanos sostenibles; por otro lado, el proyecto europeo SOPHIA, también coordinado por el Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS), tiene como objetivo multiplicar las posibilidades de reutilización, reparación y reciclaje de los paneles solares al final de su vida útil.

Impacto social de 832 millones de euros en 2024

AIMPLAS, Instituto Tecnológico del Plástico, ha presentado su sexta memoria de sostenibilidad, correspondiente al ejercicio 2024, consolidando su compromiso con la sostenibilidad, la innovación y el impacto positivo en la sociedad. En un contexto global de grandes desafíos, el centro ha logrado hitos significativos, como la neutralidad climática y un impacto social valorado en 832 millones de euros, que refuerzan su papel como referente tecnológico a nivel nacional e internacional.

La memoria, elaborada según los estándares del Global Reporting Initiative (GRI), destaca la obtención del sello “Calculo, Reduzco y Compenso” del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en 2024 que acredita el cálculo, la reducción y la compensación de su huella de carbono. En concreto, AIMPLAS logró reducir sus emisiones en un 74 % respecto al año anterior y compensar el 100 % de las emisiones residuales, confirmando su compromiso con la lucha contra el cambio climático. 

Además, durante el año pasado se volvió a lograr una reducción de las emisiones, concretamente del 40% respecto a la media de los tres años anteriores en relación con el índice de actividad que serán compensadas en su totalidad, lo que permitirá obtener de nuevo el sello del Ministerio. En la misma línea, para asegurar su capacidad de absorción de emisiones de CO2 en el futuro, el centro ha realizado la inversión en unos terrenos en Villargordo del Cabriel donde próximamente se llevará a cabo la plantación de 500 árboles por parte de la plantilla de la organización y de sus familias.

“Alcanzar la neutralidad climática no es solo un logro técnico, sino una expresión clara de nuestro propósito como centro tecnológico: crear valor sostenible para las empresas, la sociedad y el planeta”, ha afirmado el director de AIMPLAS, José Antonio Costa.

Además, el centro ha vuelto a calcular su retorno social de la inversión (SROI), por sexto año consecutivo, alcanzando un impacto total de 832 millones de euros. Al hilo de ello, cabe destacar que AIMPLAS ha cuantificado también un impacto de 491 millones de euros en acciones alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y 384 millones en iniciativas orientadas a fomentar la economía circular. Estas cifras reflejan el valor real que genera el centro más allá de sus resultados económicos.

En este sentido, la memoria también recoge que los ingresos de AIMPLAS durante 2024 superaron los 24 millones de euros, un 13 % más que en 2023. Estos ingresos proceden de su actividad de I+D+i, de sus servicios tecnológicos, así como de las acciones formativas y eventos desarrollados el pasado ejercicio. Esta cifra refleja la confianza del tejido empresarial en el centro como socio estratégico en innovación y sostenibilidad.

Durante 2024, AIMPLAS ha acompañado a más de 3500 empresas, desarrollando 299 proyectos de I+D+i, de los cuales 97 fueron de carácter internacional y que en su conjunto movilizaron 83,6 millones de euros en ayudas directas para las empresas. Además, se prestaron más de 7600 servicios tecnológicos y se impartieron un total de 218 acciones formativas, a través de las cuales se han capacitado más de 3300 profesionales del sector.

En el ámbito de la sostenibilidad, AIMPLAS ha inaugurado una nueva nave para plantas piloto, construida bajo criterios de edificación sostenible y que contará con la certificación Breeam. Esta nueva infraestructura permitirá dar respuesta a la creciente demanda de servicios de alta especialización en ámbitos como la síntesis de polímeros, la robótica o la fabricación aditiva.

AIMPLAS alcanza la neutralidad climática y avanza en los proyectos BIOENCAPSULACIÓ 2, PROMOFER y SOPHIA

El año 2024 también ha sido clave en la definición del nuevo plan estratégico 2025-2030, enmarcado bajo el lema ‘Boosting AIMPLAS’ Impact’. Esta hoja de ruta se ha desarrollado en colaboración con sus cinco grupos de interés y establece cuatro grandes retos alineados con la mejora de la experiencia de todos sus grupos de interés, con la identificación de nuevos mercados, con el talento y la cultura de AIMPLAS y con la sostenibilidad global, alrededor de los cuales girarán 17 proyectos estratégicos.

“La sostenibilidad ya no es una opción, sino un eje estratégico. En AIMPLAS tenemos un sólido compromiso con ser parte activa de la solución, acompañando a las empresas en su transición hacia modelos más circulares, resilientes, competitivos y sostenibles”, ha subrayado José Antonio Costa.

El enfoque de AIMPLAS se fundamenta en el Modelo de Excelencia EFQM, que el centro aplica desde 2020, y en una gestión integrada certificada bajo las normas ISO 9001, ISO 14001, ISO 45001 y UNE 166002. En 2024 se han iniciado además los procesos de certificación en gestión energética (ISO 50001) y en seguridad de la información (ISO/IEC 27001:2022).

Con una plantilla de más de 270 personas, el 55 % de ellas mujeres y con una media de edad de 37 años, AIMPLAS sigue apostando por el talento, la diversidad y la transferencia de conocimiento. Iniciativas como la nueva Cátedra AIMPLAS-UV o la renovación de la plataforma formativa Plastics Academy, que ahora incorpora contenidos multilingües a la carta gracias a la inteligencia artificial, refuerzan su compromiso con la formación y la colaboración universidad-empresa.

Finalmente, Costa, ha querido concluir poniendo en valor que la publicación de la Memoria de Sostenibilidad 2024, “refuerza la transparencia y el compromiso del centro con todos sus grupos de interés como motor de transformación hacia una industria del plástico más responsable, innovadora y alineada con los grandes retos del desarrollo sostenible”. 

Reducir el uso de productos químicos en los cultivos

Por otro lado, AIMPLAS ha puesto en marcha el proyecto BIOENCAPSULACIÓ 2 para desarrollar nuevos tratamientos que permitan disminuir el uso de fitosanitarias procedentes de la síntesis química e impulsar una agricultura más sostenible. En concreto, el centro trabaja en incorporar microorganismos en productos de plasticultura biodegradables como un sistema para el control de plagas en el campo.

Tal y como ha explicado la investigadora líder en Agricultura y Medio acuático en AIMPLAS, Chelo Escrig, “hoy por hoy no existen a nivel nacional ni internacional desarrollos que combinen la utilización de microorganismos para el control de plagas y novedosas metodologías de aplicación utilizando diferentes productos de plasticultura como los que estamos desarrollando en este proyecto, que son hidrogeles biodegradables en suelo, films acolchados biodegradables y tabletas monodosis formadas por bioplásticos y sustratos naturales”. 

Con BIOENCAPSULACIÓ 2, ha añadido la investigadora, “estamos dando continuidad a las investigaciones iniciadas con el proyecto BIOENCAPSULACIÓ, en el que nos centramos en aportar nutrientes al suelo a través de estas técnicas para reducir el uso de fertilizantes químicos. Ahora estamos incorporando los microorganismos en productos de plasticultura biodegradables para llevar a cabo el control de diferentes plagas de forma secuencial mediante una liberación controlada y sin necesidad de retirarlos al final de su vida útil”.

Estas nuevas metodologías permitirán un mayor el control no solo de los productos a aplicar, eliminando las aplicaciones puntuales por esprayado o riego, sino también sobre el tiempo de aplicación manteniendo un efecto continuado del fitosanitario natural durante la vida útil de los productos de plasticultura.

AIMPLAS alcanza la neutralidad climática y avanza en los proyectos BIOENCAPSULACIÓ 2, PROMOFER y SOPHIA

El proyecto también incluye la evaluación de la viabilidad de los microorganismos introducidos, tanto desde el punto de vista de no perjudicar las propiedades mecánicas y químicas de los productos de plasticultura; como desde el punto de vista de evaluar si dichos microorganismos mantienen sus propiedades, una vez han sido sometidos a las condiciones asociadas al procesado de los materiales, como las temperaturas del procesado por extrusión para obtener films. También se realizan estudios de ecotoxicidad en plantas e invertebrados para asegurar que la incorporación de las nuevas sustancias activas en los productos de plasticultura no afecta a los seres vivos presentes en el medio, durante su uso y tras su descomposición en el medio de cultivo. 

Este proyecto cuenta con la participación de empresas pertenecientes tanto al sector agrícola, como fabricantes de productos de plasticultura. En concreto, la Cooperativa Vinícola de Llíria y PICDA colaboran en esta investigación. 

El proyecto BIOENCAPSULACIÓ 2 se enmarca en la convocatoria de ayudas dirigidas a centros tecnológicos de la Comunidad Valenciana para proyectos de I+D en colaboración con empresas para el año 2024 por el Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (IVACE+i), con financiación de los fondos FEDER.

Transformar residuos agroalimentarios y lignocelulósicos en bioplásticos y poliuretanos sostenibles

Ante la creciente preocupación medioambiental y la necesidad urgente de reducir la dependencia de los recursos fósiles, el desarrollo de soluciones circulares y biobasadas cobra cada vez más importancia. Una de las estrategias más prometedoras es la transformación de residuos agrícolas y de la industria alimentaria en materiales biobasados de alto valor, como plásticos biodegradables y componentes sostenibles para aplicaciones industriales. Estas innovaciones no solo ayudan a reducir residuos y emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también impulsan la transición hacia una economía europea más resiliente y eficiente en el uso de los recursos.

En este contexto, el proyecto PROMOFER, coordinado por el Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS), y financiado por la CBE-JU de la Unión Europea, tiene como objetivo aprovechar el potencial de los residuos agroalimentarios y lignocelulósicos para convertirlos en dos compuestos biobasados de alto valor: PHBV, un plástico biodegradable, y 2,3-BDO, un ingrediente clave en la producción de poliuretanos sostenibles.

El proyecto PROMOFER se centra en distintas estrategias para resolver los principales cuellos de botella industriales en los procesos de fermentación de estos dos compuestos. Tras su primer año de actividad, el consorcio del proyecto se reunió el 17 de junio en la University College Dublin para revisar los avances en los distintos paquetes de trabajo. 

Entre los principales logros se encuentran los resultados prometedores en la hidrólisis enzimática, la caracterización casi finalizada de los microorganismos y los primeros resultados en la producción de ácidos grasos volátiles (VFAs). Además, se está avanzando en la ampliación de los procesos de fermentación y en el diseño de los sistemas de producción de PHBV y 2,3-BDO.

Actualmente se está organizando el segundo ciclo de recogida de residuos agroindustriales, y ya se ha realizado el análisis de los residuos recogidos (agrícolas y alimentarios). El proyecto trabajará con una amplia variedad de residuos agroalimentarios y lignocelulósicos, incluidos almidones de bajo valor, suero lácteo, aguas residuales industriales, paja de arroz, paja de trigo y restos de poda.

Por último, se ha iniciado el análisis y fomento de la aceptación social de los productos circulares biobasados, mientras el proyecto se difunde entre los grupos de interés con el objetivo de fomentar la participación y el intercambio de conocimiento.

AIMPLAS alcanza la neutralidad climática y avanza en los proyectos BIOENCAPSULACIÓ 2, PROMOFER y SOPHIA

La ambición del proyecto PROMOFER está vinculada, por un lado, al uso de residuos biobasados específicos de distintas industrias, generados en grandes cantidades en Europa y con potencial para ser valorizados en productos de alto valor añadido; y por otro, a la mejora de los procesos fermentativos para producir bioplásticos (PHBV y PU), cuya eficiencia actual no permite competir con los procesos de síntesis química.

Por un lado, los residuos agroindustriales (almidones de bajo valor, suero lácteo, aguas residuales industriales) se utilizarán para producir PHBV, un bioplástico biodegradable y biobasado. Por otro lado, la biomasa lignocelulósica (paja de arroz, paja de trigo y restos de poda) se empleará para obtener 2,3-BDO, un extensor de cadena utilizado en poliuretanos termoplásticos.

PROMOFER contribuirá significativamente al avance del conocimiento en el tratamiento de residuos biobasados, la mejora de cepas microbianas, el uso de biocatalizadores, el diseño de procesos y las etapas de purificación.

El proyecto está coordinado por AIMPLAS y cuenta con un consorcio de 13 socios de 7 países europeos. Tendrá una duración de 48 meses, hasta junio de 2028.

Aumentar la vida útil y el reciclaje de los paneles solares

Con el auge de la energía solar como motor clave en la descarbonización, crece también el reto de gestionar de forma eficiente los paneles fotovoltaicos al final de su vida útil. En este contexto, AIMPLAS coordina SOPHIA, un proyecto europeo que busca mejorar de forma significativa la circularidad de los paneles solares a través de tecnologías digitales avanzadas.

Financiado por la Unión Europea a través del programa Horizonte Europa, SOPHIA tiene como objetivo aumentar las tasas actuales de reutilización, reparación y reciclaje de paneles solares, involucrando a toda la cadena de valor y proponiendo soluciones innovadoras que van desde el ecodiseño hasta la trazabilidad digital. 

Una de las claves del proyecto será el desarrollo de un prototipo para evaluar rápidamente el estado de salud (State-of-Health, SoH) de los paneles, analizando su eficiencia, la presencia de zonas oscuras o los daños estructurales. Los paneles solares con más del 80 % de eficiencia restante serán reparados mediante equipos asistidos por robots y barnices dieléctricos de alto rendimiento. 

Asimismo, aquellos que no puedan ser reparados serán reciclados utilizando tecnologías innovadoras que maximicen la separación de sus componentes principales (vidrio, silicio, metales y plásticos). En el caso de la fracción de vidrio, se implementará un sistema en línea de cuantificación de antimonio para maximizar su recuperación y valorización. 

“La transición energética no puede ser sostenible si no lo es también la gestión de sus residuos. Con este proyecto queremos demostrar que es posible alargar la vida útil de los paneles solares, aprovechar al máximo sus componentes y reducir la huella ambiental del sector fotovoltaico”, ha afirmado la investigadora en Economía Circular y Medio Ambiente en AIMPLAS, Sandra Ramos.

En este contexto, cabe destacar que el proyecto SOPHIA contempla el desarrollo de un nuevo panel solar ecodiseñado y de fácil desmontaje, gracias al uso de adhesivos personalizados que se desactivan bajo demanda. Este enfoque facilitará las tareas de reparación o reciclaje futuras, alineándose con los principios de la economía circular.

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Para garantizar la trazabilidad completa de los paneles a lo largo de su ciclo de vida, se implementará una plataforma digital que implemente el Pasaporte Digital de Producto (DPP), tanto en paneles nuevos como reparados, y se desarrollarán herramientas para rastrear aquellos que no cuentan con este identificador.

El uso del DPP permitirá identificar de forma precisa los componentes y materiales de cada panel, optimizando su gestión al final de la vida útil, mejorando la calidad de las materias primas secundarias y reduciendo la generación de residuos. Tanto los paneles reparados como las fracciones valorizadas serán introducidos en un mercado específico, con respaldo del sistema DPP como garantía de calidad y trazabilidad. 

En este sentido, Ramos ha destacado que “la inclusión del Pasaporte Digital de Producto en paneles solares es un gran paso hacia una gestión inteligente de los residuos. SOPHIA nos permite anticiparnos a la normativa y dar valor real a los materiales secundarios”.

El proyecto, que comenzó en junio de 2025, tiene una duración de 36 meses y está coordinado por AIMPLAS (España), junto con otros 14 socios de toda Europa: CIDETEC (ES), Fraunhofer (DE), WILOCK (ES), LHV (ES), SADAKO (ES), BIOSOLAR (NL), AKUMPT (BG), SISECAM (TR), FERROG (ES), IS (LT), Recyclia (ES), EuRIC (BE), CEPS (BE), ENCO (IT). Los socios del proyecto SOPHIA se han reunido en Valencia (España) para dar inicio a este proyecto del programa Horizonte Europa.

Finalmente, Sandra Ramos ha concluido poniendo en valor que “mediante el desarrollo de soluciones innovadoras para impulsar la circularidad de los paneles fotovoltaicos, SOPHIA contribuirá a fomentar una Europa más circular, innovadora y competitiva”.

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