La coyuntura económica también influye en las tendencias de producto y consumo para el hábitat

– Los importantes cambios que se están produciendo en el hábitat en los últimos años vienen provocados por una serie de transformaciones en el entorno sociocultural y económico que han iniciado diferentes reacciones en los usuarios y en los mercados a nivel general, y que se traducen también en los sectores del hábitat.

El director de AITEX, Vicente Blanes, ha presentado al sector textil la última actualización del Cuaderno de Tendencias del Hábitat 10/11. Una iniciativa que surgió en el año 2007 cuya publicación se actualiza cada 2 años con el objetivo de ofrecer al sector los movimientos más actuales en este sentido.
Esta publicación tiene el objetivo de ser una herramienta de apoyo en la toma de decisiones estratégicas de las empresas vinculadas a los sectores del hábitat aportando conocimiento sobre las diferentes tendencias que se están planteando en los mercados del hábitat, anticipando cómo iban a ser los objetos que componen el hábitat y relacionándolo con un consumidor afín a estas tendencias y una serie de estrategias de comunicación que permitan acercarse a estos usuarios.
Conclusiones del estudio
De manera particular, la crisis financiera y económica internacional ha sacudido las conciencias y es percibida desde algunos agentes sociales como una oportunidad para corregir excesos y retornar a un estilo de vida menos ostentoso y más gratificante. Ismael Quintanilla, experto en psicología social consultado por el Observatorio, señala entre los efectos de la crisis financiera y económica sobre la sociedad han supuesto el desplazamiento del sistema de valores social hacia una mayor racionalidad y conciencia colectiva. En este sentido, la crisis conlleva a una preocupación mayor por aquellos valores que afectan a la sociedad en conjunto: la preocupación por el entorno, el bienestar, la anti-manipulación y una mayor capacidad de empatía hacia problemas ajenos. Sobre la palestra se muestra un ‘alterconsumidor’ que persigue formas alternativas de consumo.
El usuario también ha modificado su lógica para la adquisición de productos buscando el bienestar sin excesos, el consumidor intenta así racionalizar el consumo. Vemos cómo el consumidor intenta evitar todo lo superfluo en los productos que adquiere, y ello también se refleja en la comunicación de los productos. Según el estudio ‘Understanding the Post-Recession Consumer’ publicado en Harvard Business Review” la simplicidad es una tendencia que se está acelerando con la crisis económica y tendrá un desarrollo mayor en el largo plazo debido a un cambio en las costumbres de los consumidores.
Situación general del hábitat
El hábitat, como cualquier otro de los mercados o sectores que analizáramos en estos tiempos, ha sufrido modificaciones y variaciones en los últimos años, convirtiéndose en un reflejo más de los cambios que se están produciendo en nuestro entorno sociocultural. Sería inexcusable que la situación del hábitat no cambiara como respuesta a una situación socioeconómica en continuo movimiento y agitación.
Resurge con fuerza, al igual que en todo el consumo global, la idea de moderación y racionalización a la hora de consumir hábitat y este va a ser el principal hilo conductor en la definición de las tendencias del hábitat 10/11. Este hecho, a primera vista puede parecer negativo para las empresas del hábitat, se convierte también en un marco de nuevas oportunidades y posibilidades, ya que el usuario redefine sus necesidades, preferencias y deseos respecto al hábitat, lo que nos “obliga” a pensar más que nunca en cuáles son esas demandas presentes y futuras.
Ello se traduce en que los usuarios nos paramos más a pensar en aquello que adquirimos o poseemos, necesitamos que tenga un sentido para nosotros y que responda a una necesidad o deseo concreto. Se trata, por tanto, de dar profundidad y explorar el valor real de las cosas, lo que supone un cambio paradigmático en el consumo, mucho más acusado en mercados del lujo. Se trata casi de la vuelta al ciclo natural de las cosas, más pausado y reflexivo.
Este cambio de rumbo se entiende en el diseño para el hábitat a través de distintos valores, tales como:
1/ La valoración de un producto con un sentido muy útil y longevo, perdurable en el tiempo en cuanto a estética y calidad.
2/ El refuerzo de la transparencia hacia el consumidor, es decir, que los valores transmitidos sean claros, coherentes y creíbles en todos los procesos, incluido por supuesto, el diseño orientado al entorno en el que vivimos.
3/ La exigencia de productos y servicios que proporcionen autonomía al usuario (movilidad, cambio, personalización…) a través de una extrema practicidad, facilidad de uso y confort.
4/ La búsqueda de valores seguros, de aquellos que se mantienen estables y que son considerados referentes en el mundo del diseño.
TENDENCIAS DEL HÁBITAT 10/11
New classics
El lujo cada vez está menos ligado a la idea de exhibir, de destacar o sorprender y más cercano a valores más seguros como  la calidad y la excelencia del diseño racionalista. Este hecho puede deberse a una actitud coherente con los tiempos que vivimos,  en la que el usuario busca que los objetos tengan un  valor justificado. En este caso, sigue siendo crucial la marca y el diseño de autor, pero dirigidos hacia la creación de “nuevos clásicos del diseño”, piezas de autor destinadas a convertirse en objetos de culto basadas en la las raíces del diseño industrial.
Sublime by hand
Esta tendencia es una nueva manera de apreciar la exclusividad, donde se reconcilia el know how tradicional del artesano con una interpretación creativa y personal del diseñador. Cada producto contiene una historia, una personalidad única y una sabiduría ancestral. De este modo, se valora en mayor medida la autenticidad, que se traduce en la búsqueda de una calidad extrema y un fuerte componente artístico y manual en el que el valor percibido del producto y el real, se aproximan.
The essentials
En esta tendencia toma fuerza la idea del “buen diseño”, el cual recupera su auténtica vocación: mejorar la calidad de vida de las personas. Así, los objetos que conforman nuestro día a día deben ser impecables y sobretodo “útiles”, de forma que resuelvan nuestras necesidades, ya sean funcionales o emocionales.  Además se valora su perdurabilidad en el tiempo, de ahí la importancia de su calidad, cualidad que se logra mediante procesos de fabricación excelentes que en ocasiones incluyen procesos artesanales, y de  su estética depurada y muy familiar que tiene como referente el diseño nórdico.
Once upon a future
En esta tendencia el hábitat trata de ser un reflejo de la comunidad interconectada donde la frontera entre lo tangible y lo virtual está muy próxima. El diseño en esta línea trabaja la interfaz con el fin de obtener un “low tech” al alcance de todos. Se trata de imaginar el futuro para poder diseñarlo. Vemos como cada vez más el continente pierde protagonismo en pro del contenido, el producto más que nunca se convierte en un servicio, en un enlace con la información que nos reporta.
Everyday solutions
La valoración de los objetos se basa en su capacidad para resolver problemas cotidianos, el punto de partida a la hora de concebir estos productos es tener en cuenta las nuevas situaciones del usuario (reducción de espacio, estancias multiusos nomadismo, pisos compartidos…). Se proponen productos dinámicos, ingeniosos y prácticos que simplifican y facilitan las acciones diarias, se recupera y repiensa lo multifuncional, plegable, modular, transformable y polivalente.
Basik & Raw
Se trata de dar la vuelta a la actividad del diseño en si misma, que busca formas de comprometerse y conciliarse con el medio en el que vivimos, enfrentándose la cultura del kleenex, donde se proponen nuevos productos de forma continua y en muchas ocasiones innecesaria. Se trata, entonces, de diseñar pensando en “sacar el mayor partido” a todo lo ya existente, aprovechándolo al máximo y generando productos a través de combinaciones de los ya existentes, y por otro lado se simplifica y reduce hasta dejar a los objetos al desnudo.
Mind the green
Ya no se trata solo de hacer más eficiente lo que ya tenemos (reducir, reutilizar y reciclar) si no de plantear cambios paradigmáticos en cómo estamos haciendo las cosas, lo cual exige una nueva mentalidad. Así, los objetos se diseñan junto a su ciclo natural de vida, teniendo en cuenta los materiales y recursos que se van a consumir, cómo se van a utilizar y cómo vuelven a la naturaleza de forma provechosa o son reincorporados de nuevo en los ciclos industriales.

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