El I Encuentro Tierra de Campos Innovadora, celebrado en el Museo del Pan de la localidad de Mayorga (Valladolid), puso de relieve cómo la tecnología y la innovación son ya una realidad palpable, casi un año después de que la Junta de Castilla y León pusiera en marcha el Banco de Proyectos Innovadores.
Un proyecto vertebrador que cuenta con un total de 22 proyectos evaluados que están transformando y modernizando a un territorio “crucial” de Castilla y León, de la mano de la experiencia y asesoramiento de los centros tecnológicos de Castilla y León.
Así se puso de manifiesto dentro de un encuentro que suma tecnología, tradición e innovación. Una jornada organizada por NODDO – Red de Centros Tecnológicos de Castilla y León, destinada a mostrar cómo tecnología, conocimiento local y tradición pueden convivir para impulsar nuevas oportunidades económicas y sociales en el territorio de Tierra de Campos que engloba a cuatro provincias de la región.
La jornada, que comenzó a las 10 horas en el citado museo, contó con un acto de bienvenida en el que participaron Rosa Cuesta, directora general de Política Económica y Competitividad de la Junta de Castilla y León; David Esteban, vicepresidente segundo de la Diputación de Valladolid, y David de la Viuda, alcalde de Mayorga de Campos, además de Isaac Gil Sánchez, jefe del Servicio de Política Empresarial y Reequilibrio Territorial, y Asier Sanz Rojo, secretario de NODDO y director de ITAGRA.
“Hoy vemos cuatro casos de éxito de esos 22, y sabemos que en el futuro serán muchos más”, aseveró Rosa Cuesta, directora general de Política Económica y Competitividad, quien subrayó como la suma de tecnología y tradición “marcará la diferencia” en zonas como ésta.
“El programa de Tierra de Campos no tiene un año de vigencia y hoy ya presentamos algunos avances importantes”, recalcó Cuesta, quien explicó algunos de esos avances realizados, dentro del Plan Territorial de Fomento de Tierra de Campos que busca convertir ideas en proyectos reales a través de la colaboración con los Centros Tecnológicos de Castilla y León.
En este punto, recordó que esos primeros proyectos, que forman parte de un ambicioso plan para el que se contemplan 1,2 millones de euros, “son un importante punto de cohesión social” y de modernización para todos y cada uno de los 206 municipios que componen la comarca de Tierra de Campos en Castilla y León.
Un instrumento financiado por la Consejería de Economía y Hacienda que nace con el propósito de conectar a emprendedores, cooperativas, empresas y entidades del territorio con los centros tecnológicos de la comunidad. Todo ello en el contexto del Programa Territorial de Fomento de Tierra de Campos (PTF) impulsado por la Junta de Castilla y León, que apuesta por transformar los recursos y saberes tradicionales en iniciativas capaces de generar valor añadido y fortalecer la cohesión territorial.
Innovación desde las raíces
Los primeros proyectos del Banco de Proyectos Innovadores ya están demostrando que el medio rural puede ser un laboratorio vivo de tecnología aplicada. Cooperativas cerealistas están incorporando sensores IoT en los silos de grano para mejorar la conservación; nuevas técnicas agronómicas buscan aumentar la productividad de la lenteja pardina, icono de la comarca; y las explotaciones de vacuno avanzan hacia la ganadería 4.0 gracias a sistemas de ordeño robotizado que mejoran el bienestar animal y minimizan infecciones.
A estas iniciativas se suman propuestas de diversificación económica, como el desarrollo de cubiertas metálicas modulares desde una empresa local con proyección internacional, o la digitalización de la truficultura mediante aplicaciones móviles que centralizan datos clave de manejo. También destaca un proyecto pionero de economía circular que transforma textil usado en aislantes de construcción, abriendo nuevas cadenas de valor sostenibles y generadoras de empleo.
Automatización en ganadería y agricultura
Durante la jornada, los asistentes pudieron conocer casos de éxito y testimonios directos de empresas y entidades del territorio que ya están liderando proyectos innovadores.
La primera mesa redonda se centró en Ganadería 4.0 para puestos de ordeño y naves ganaderas. En la misma participaron Sonia Rodríguez (Vazaeco), Luis Miguel González (CARTIF) y Javier Paniagua (GAL Campos y Torozos), quienes profundizaron en el potencial de la robotización y la automatización en el sector ganadero. “Era un reto llegar al sector ganadero donde la automatización es compleja”, aseveró el responsable de Cartif, quien indicó el trabajo y el gran número de ensayos que se llevaron a cabo para poder llevar la tecnología al sector primario. “No es lo mismo automatizar la industria que una ganadería”, aseguraron los presentes, que entienden que este tipo de procesos “son complejos” ya que tienen, además, que preservar el bienestar animal “con el uso de una tecnología de carrusel” que se localiza en cada uno de los animales, en este caso vacas.
Además, los presentes pusieron de manifiesto “el alto impacto que tienen esos procesos en el bienestar animal” para que las vacas no tengan problemas en el ordeño evitando infecciones posteriores con el consecuente ahorro de medicaciones posteriores. “Conseguimos optimizar la producción en nuestra granja y tener a nuestros animales tranquilos y en mejor estado”, aclaró la responsable de Vazaeco.
El programa también abordó un segundo caso de éxito sobre la valorización del destrío de lenteja para la creación de nuevos productos basados en leguminosas, Una iniciativa clave para la sostenibilidad y la innovación agroalimentaria. En ella participaron Mario Cordero (Agropal), Eva de la Gala (CETECE) y Jose Andrés (ADRI Vall Norte), quienes analizaron el impacto del proyecto y sus posibilidades de futuro.
Así, a las lentejas que quedan descartadas de la venta comercial debido a defectos estéticos o de calidad (proceso de destrío) “les damos una segunda vida”. Y todo gracias al uso de la tecnología, que consigue purificar la muestra para “obtener un producto estable y controlable en el tiempo con unos estándares fijos”. “Obtenemos una harina de ese destrío de la lenteja y un salvado que cuenta con un gran aporte de fibra”, aseguraron los presentes, consiguiendo “un producto extra”, y por ende, una nueva línea de negocio para la empresa.
Exportar desde Tierra de Campos
El tercer caso de éxito abordó el desarrollo de cubiertas metálicas modulares, demostrando cómo la innovación industrial también tiene cabida en el medio rural llegando incluso a dar el salto internacional. En este caso Justiniano Valdivieco (Valdivieco) dio a conocer junto a Jose Luis Arribas (ITCL) y Víctor de la Iglesia (ADRI Palomares) el caso de una pequeña industria que ha dado el salto europeo gracias al apoyo y asesoramiento de un centro tecnológico como ITCL.
“Creamos un nuevo sistema de cubiertas metálicas que debía contar con un certificado europeo, y fue justo ahí donde contamos con la ayuda de un centro tecnológico experto, como es en este caso ITCL”, apostilló el CEO de esta empresa familia con sede en Mayorga, dedicada a la fabricación de componentes metálicos bajo especificación técnica. En este punto, Arribas indicó que “en este momento es indispensable contar con esa normativa aplicada a este tipo de productos industriales sujetos a una regulación específica”, lo que aporta “más oportunidades al desarrollo industrial” con unos planes de desarrollo “muchísimo mayores” porque, ahora, se puede exportar desde Tierra de Campos.
“Hoy vemos un proyecto con una gran capacidad para acceder a muchos más mercados”, aseveró el representante de ITCL, que entiende que “se ve como se puede crear un caldo de cultivo para seguir creciendo desde el medio rural gracias a la tecnología y a la certificación europea”.
La cuarta y última mesa presentó el caso éxito de la palomina como fertilizante hortofrutícola de alto valor añadido en un debate moderado por Cristina Carro y con la participación de Izaskun Villena (Alas de Campos), Raquel Herrero (ITAGRA) y Manuel Julián Acero (GAL Araduey). El debate se centró en las oportunidades de valorización de residuos y economía circular en Tierra de Campos con un caso muy particular como el uso de la palomina (excremento de paloma) como un fertilizante natural rico en nitrógeno y fósforo, muy valioso para huertos y cultivos hortofrutícolas.