El director del Fedit, Áureo Díaz-Carrasco concedió a INNOVAticias una entrevista en la que nos explicó el papel que cumplen los Centros Tecnológicos en el contexto empresarial español, además de hablarnos de tecnologías, innovación y superación. FEDIT está en Plaza de Castilla Nº 3, 10º D-1, CP: 28046, Madrid y su Teléfono es: 917 33 83 60.
INNOVAticias: ¿Cómo, cuándo y por qué, surge la idea de crear Fedit?
Áureo Díaz-Carrasco: Uno de los motivos más importantes para la creación de la Federación fue la percepción de que era necesario un enfoque más pragmático, aplicado, de la investigación orientándola a la Innovación, para mejorar la competitividad de nuestras empresas y que, para ello, los hoy conocidos como Centros Tecnológicos podrían ser una magnífica herramienta.
De esta forma, en marzo de 1996 se crea la Federación Española de Entidades de Innovación y Tecnología (Fedit), tras la fusión de las antiguas Federación Española de Asociaciones de Investigación Industrial (FEDIN) y la Federación Española de Organismos de Innovación y Tecnología (FEIT), coincidiendo con la promulgación del Real Decreto 2609/1996, que define el concepto de Centro de Innovación y Tecnología (CIT), regula su régimen jurídico y crea un registro oficial para estas instituciones.
Desde entonces y hasta el año 2008, el entorno productivo y competitivo sufren una profunda transformación que pone de relieve la importancia de estas organizaciones en el apoyo a los resultados de las empresas con las que trabajan y gracias a un intenso trabajo institucional de Fedit, el concepto de CIT evoluciona hasta llegar al modelo actual de Centro Tecnológico, regulado ese año por el Ministerio de Ciencia e Innovación, en el Real Decreto 2093/2008 donde se crea el Registro de los mismos.
Para poder quedar incluidos en este Registro, los Centros Tecnológicos habrán de cumplir una serie de indicadores de competitividad, solvencia, experiencia y recursos propios, que demuestren su capacidad para realizar actividades de generación de conocimiento tecnológico y de I+D+I y el desarrollo de su aplicación en el mercado.
La propia Comisión de Ciencia e Innovación del Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad en esa fecha dos Proposiciones de Ley que suponen el reconocimiento unánime del Parlamento nacional para con los resultados obtenidos por los Centros Tecnológicos a través de sus actividades y el importante papel que éstos desempeñan en el Sistema Español de las Ciencias y la Tecnología.
Fedit evoluciona de forma similar y cambia su denominación, pasando a ser en 2010 la Federación Española de Centros Tecnológicos, la organización los representa en el Sistema Español de Innovación de Ciencia, Tecnología, Empresa y Sociedad, que actúa como interlocutor cualificado, es reconocido por el resto de los agentes del sector y es referente de la excelencia en Innovación y Tecnología, al procurar la ventaja competitiva de las empresas y el beneficio de la sociedad.
Sin embargo, la vocación con la que nació Fedit continúa a lo largo de los años: contribuir, de manera articulada y con un esfuerzo conjunto, a dotar de mayor valor a las políticas científicas y tecnológicas de nuestro país.
INNOVAticias: ¿Qué es un Centro Tecnológico y qué tipo de organizaciones pueden emplearlos?
Áureo Díaz-Carrasco: El Ministerio de Economía, Industria y Competitividad define a los Centros Tecnológicos como “aquellas entidades sin ánimo de lucro, que están legalmente constituidas y residentes en España, que sean creadas con el objeto de contribuir al beneficio general de la sociedad y a la mejora de la competitividad de las empresas, mediante la generación de conocimiento tecnológico, realizando actividades de I+D+i y desarrollando sus aplicaciones. La actividad de los centros se ha mostrado esencial para el desarrollo tecnológico e industrial de las PYME españolas.”
Los Centros Tecnológicos han demostrado por sus resultados, ser herramientas de extraordinaria eficacia, capaces de producir infinidad de innovaciones y cambios tecnológicos, que permiten a las empresas una mejora sustancial de sus niveles de productividad y de su capacidad de crecimiento, en un entorno global, que además resulta ser fuertemente competitivo.
Son organismos privados, de investigación, sin ánimo de lucro, con recursos propios, tanto materiales como humanos, capaces de generar un alto nivel de conocimiento tecnológico y de facilitar su explotación a nivel empresarial. Su éxito se mide en función de las mejoras competitivas de las empresas y de su contribución al desarrollo social y económico de su entorno.
Actúan como socios estratégicos de las empresas que los necesitan y conforman un enlace eficaz y ágil de apoyo a la I+D+I, dirigido específicamente al sector productivo y en especial a las Pymes. Entre los principales servicios que ofrecen los Centros Tecnológicos que están integrados en Fedit, destaca el desarrollo y la investigación tecnológica, los servicios tecnológicos como certificaciones y homologaciones, el asesoramiento para la innovación y la difusión tecnológica.
El tejido empresarial español que está formado en su inmensa mayoría por Pymes, es especialmente sensible al apoyo que los Centros Tecnológicos puedan prestarles, para mejorar su competitividad en forma de generación de conocimiento y de desarrollo tecnológico.
Sin embargo, la situación económica actual ha frenado la inversión de I+D+I en muchos sectores. El problema al que nos enfrentamos a largo plazo es que en Europa se sigue innovando y, que cuando la situación en España se estabilice y nuestras empresas comiencen a invertir nuevamente en innovación, el nuevo panorama será completamente diferente, ya que la competencia europea en general, se encontrará al menos varios años por delante.
Desde Fedit entendemos que una de las claves para el futuro debe ser afirmar el potencial que poseen los Centros Tecnológicos, para que éstos sean aprovechados al máximo, sirviendo como los instrumentos útiles que son, para el cambio del modelo económico.
INNOVAticias: ¿De qué forma puede beneficiar a una empresa la inversión en I+D+I?
Áureo Díaz-Carrasco: En un entorno económico tan globalizado y competitivo como en el que se encuentran las empresas, se hace no ya necesario sino imprescindible, encontrar ventajas competitivas, valores añadidos que diferencien sus productos o los servicios que ofrecen con el objetivo de que ello repercuta positivamente en su cuenta de resultados.
Invertir en Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación debe ser una apuesta estratégica de cualquier empresa consciente o no de que su supervivencia y crecimiento es cada vez más complicado en el mercado actual exigente y dinámico.
Pero esta necesidad de invertir en I+D+I no sólo es responsabilidad individual de las empresas, sino que habría de tratarse como una verdadera cuestión de Estado. Desde la promulgación de los objetivos de la Estrategia de Lisboa en el año 2000 (convertir la economía de la Unión Europea en la más competitiva del mundo para el 2010, basándose en el conocimiento entre otras prioridades) se evidenció la preocupación de las Administraciones por la Innovación.
Pero lejos de haberse alcanzado en nuestro país para el año previsto, los datos globales de inversión pública en I+D+I han ido disminuyendo de forma creciente y sus resultados son cada vez peores: la crisis económica sufrida en España y la ausencia de una política decidida y estable de apoyo a la investigación aplicada han afectado sin duda alguna y han provocado que en las últimas estadísticas oficiales publicadas por el Instituto Nacional de Estadística se refleje de nuevo un descenso en la inversión pública y privada en I+D+I en España, que apenas ha alcanzado el 1,23% del PIB.
Este descenso viene siendo continuado desde el 1,39% de hace sólo 5 años y sigue muy lejos del objetivo del 2% comprometido por la Unión Europea para 2020. Este dato, consecuencia de un modelo que no consigue impulsar la inversión en tecnología e innovación en nuestro país, tiene su reflejo en los números agregados, que presentan en 2015 los Centros Tecnológicos españoles, que han visto reducida su financiación pública competitiva en un 9% y que han necesitado aumentar la base de clientes privados para conseguir incrementar sus ingresos de mercado, ya que no se ha percibido un aumento de la inversión en los clientes con los que se ha trabajado de modo habitual en los últimos años.
Sin embargo, la eficacia de los Centros Tecnológicos en la generación de conocimiento tecnológico y en el apoyo a la competitividad empresarial en actividades de I+D+I, queda demostrada en los resultados de las empresas que trabajan con ellos y en el éxito de modelos similares al que demanda Fedit, ya existentes en países de nuestro entorno.
Los Centros actúan como agentes dinamizadores poniendo a disposición de las empresas un gran volumen de recursos humanos, financieros y materiales, actuando como socios estratégicos, contribuyendo a estudiar y satisfacer sus necesidades de I+D+i e incrementando la oferta de sus diversos servicios y productos en el mercado.
Además, los Centros mejoran la eficiencia de la inversión de las empresas en Innovación, ya que presentan la ventaja de tener la capacidad de rentabilizar las actividades de I+D+i iniciadas redireccionando sinergias al logro de nuevos resultados.
Un Centro Tecnológico puede actuar como asesor en materia tecnológica, a la vez que ayuda a una empresa a definir sus estrategias en materia de I+D+I, a partir de los objetivos comerciales y de su posicionamiento en el mercado, teniendo en cuenta la situación tecnológica actual de sus competidores, sus conocimientos de tecnologías emergentes y el potencial de aplicación de las mismas, el estado más relevante del arte de la tecnología, sus capacidades de financiación y sus conocimientos de los diversos instrumentos de financiación pública que existen.
Además de ayudar a las empresas a definir y desarrollar su “ruta tecnológica” alineada con sus objetivos comerciales, los Centros Tecnológicos pueden ayudarle a realizar el desarrollo concreto de nuevos productos o de ciertas partes de productos determinados (como unos nuevos materiales que sustituyan los actuales, etc.) mediante la realización bajo contrato de proyectos de I+D.
Además, el Centro Tecnológico está capacitado para resolver problemas que resulten más sencillos y propios de las empresas, de menor envergadura y a corto plazo. Esto se hace mediante análisis y ensayos que le permitan a la empresa, no sólo avalar ante distintas normativas y regulaciones sus propios desarrollos, sino explorar otras vías con el fin de incorporar pequeñas mejoras en las prestaciones de sus actuales productos.
INNOVAticias: ¿Qué futuro auguran al desarrollo tecnológico del país?
Áureo Díaz-Carrasco: En la Federación Española de Centros Tecnológicos se considera que la cuestión principal en la que se debe basar la política estatal de I+D+I, no es sólo incrementar el gasto público en I+D, sino que ello debe hacerse de forma más eficiente, dada la paupérrima situación de partida de gastos, en la que nos hallamos.
La medida de eficiencia debería sesgarse significativamente hacia la producción de mejoras competitivas en nuestra economía incentivando la inversión privada e integrando esfuerzos entre los diversos agentes del sistema.
Los Centros Tecnológicos son uno de los instrumentos más eficaces para articular políticas públicas destinadas a fomentar la investigación aplicada, el desarrollo tecnológico y la innovación, en beneficio de la competitividad de nuestras empresas y creemos que mientras no se apueste de forma decidida por favorecer la I+D+I de las casi doscientas mil Pymes españolas, que representan el 97% del tejido empresarial del país, no se conseguirá mejorar los niveles de productividad y competitividad en España.
Los Centros Tecnológicos pueden jugar un papel decisivo para articular nuevas políticas nacionales destinadas a potenciar el desarrollo tecnológico y la innovación en las empresas contribuyendo de manera efectiva a mejorar su competitividad y productividad.
Para ello será necesario que las políticas entiendan el modelo sobre el que se basa la eficacia de los Centros Tecnológicos y les ofrezcan instrumentos adecuados, para mantener el equilibrio que les ha permitido contribuir tan eficazmente a la actualización tecnológica de las empresas españolas.
Áureo Díaz-Carrasco es el Director Ejecutivo de Fedit, es Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid y PDD por el IESE, ha desarrollado toda su carrera profesional en el ámbito de la I+D+i empresarial. Trabajó en Ibermática como gerente de Investigación Aplicada a cargo de los proyectos de I+D+I de la compañía y en 2008 pasó a Fedit, donde ha desempeñado los cargos de Director de Conocimiento del Entorno y, desde 2013, de Director Ejecutivo de la Federación.
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